Con tristeza realizo la siguiente entrada apoyada además por la literatura de psicología infantil.
Quienes sufren trastornos del habla o del lenguaje quizás traten de
ocultar sus afecciones y tengan dificultad para leer en voz alta y en
público. Es probable que algunas personas, en especial los niños, no
sepan que padecen este trastorno. Los familiares o los seres queridos de
la persona con el trastorno pueden encontrar a un especialista en habla
y lenguaje para que indique y haga las terapias. Tanto quienes tengan
dichos trastornos como sus seres queridos deben ser pacientes al
procurar tratamiento.
Las familias de estos niños intentan en ocasiones esconder al menor para que no se conozca esa patología.
Pues bien, me he encontrado con este último caso, un joven de 14 años, escolarizado en 10º de año básico.

La familia es consciente del problema pero no ven el momento de tratarle y tampoco le dan la importancia.
En el colegio creen que puede ser por su actitud revoltosa que habla así y le quitan importancia.
A la madre se le propone que le traten y dice que quizá en vacaciones pueda acudir un par de días a que se cure.
Para este tipo de casos, en que no se ve una necesidad real de ayuda y se argumente a que siempre ha sido así, que es especial o que no existe problema, hay algunas recomendaciones de ayuda:
- Paciencia
- Ambiente libre de bromas
- Centrarse en lo que dice y no como lo dice
- Buscar red de apoyo
- Hablar normalmente,que no sienta q te burlas o q hablaras a un niño pequeño
Y sobre todo, hacer ver la necesidad de un tratamiento adecuado.
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